"Hay lugares en Venecia donde el ingenio, la calma y la paciencia son fundamentales para mantener viva una tradición."
Roberto es el padre y Marta la hija, respectivamente la segunda y tercera generación de Vergombello (después del abuelo Guido) que ha estado creando joyas en Venecia desde 1932. Se trata de un taller de orfebrería ubicado en una "corte sconta" a dos pasos de la Piazza San Marco, que los propios propietarios definen como "una pequeña tienda, no fácil de encontrar pero difícil de olvidar". Aquí se crean los famosos "moretti", una producción típica veneciana en ébano y piedras preciosas pero también anillos con mecanismos de apertura particulares como en las novelas d'antan: piezas únicas de alta joyería, con atención a cada pequeño detalle, pequeñas esculturas en miniatura. La pasión por este oficio brilla en los ojos de estos maestros artesanos que cuentan la técnica de la "fundición a la cera perdida", una técnica que ahora se utiliza para sustituir la más antigua por el "molde de huesos de sepia", y para la que utilizan herramientas igualmente antiguas como limas y sierras para metales, así como cientos y cientos de puntas de diferentes calibres que se utilizan para dar forma y configurar sus creaciones.