Calzado exclusivo para hombre y mujer, todo hecho a mano, cada uno con su propio carácter: desde los grandes clásicos hasta modelos delicados hasta los colores más vivos, rojo, rosa, morado y naranja. Giovanna Zanella lleva más de veinte años fabricando zapatos que transmiten diversión, pasión y energía. Entrar en su taller-laboratorio, a unos pasos del puente de Rialto, es como sumergirse en una concentración de imaginación y hacer una cromoterapia. Botas, sandalias, pantuflas, mocasines, decolletes: cada zapato tiene su propia identidad y las decoraciones son parte integrante, incluso las más extravagantes con salpicaduras de nailon, cabezas de cobra, pistilos, flecos y otros mágicos exotismos. Líneas elegantes y sensuales, sobrias pero también atrevidas, que combinan originalidad y comodidad. Giovanna Zanella guarda todo lo que ve y oye y lo que no realiza se coloca en una "caja de ideas" especial de la que puede sacar cosas cada vez que está sola en la tienda y sus manos se dejan guiar por la creatividad. Desde muy pequeña nunca encontraba los zapatos que le gustaban y soñaba con poder hacerlos ella misma. Gracias a la escuela de modelismo, empezó con la moda lidiando con prendas y complementos fuera de tendencia y gracias a la buena destreza y al encuentro con el maestro Rolando Segalin, conocido artesano en Venecia, aprendió el arte del calzado. El pie es una parte especial del cuerpo y el calzado artístico es un mundo aventurero para este artesano que explora sus peculiaridades y materiales: de piel al cuero, de las telas a los plásticos, en el límite entre entre tradición y modernidad.