"Cada creación se hace juntando varios elementos, pero dos son los fundamentales: la técnica y el corazón."
El procesamiento del vidrio es algo más que un simple trabajo para Fabiano Amadi: es una pasión que se ha convertido en su mundo. Un mundo en Murano, la isla donde este hábil maestro vidriero dio sus primeros pasos en la profesión. La primera vez que entró al horno, recuerda, había terminado sexto grado: trabajar era una necesidad y aprender un oficio era importante. Así fue como el vidrio le transmitió de inmediato algo especial: un sentido de proporción y armonía de formas. Alumno de Francesco Barbini, durante los años de su aprendizaje, Fabiano aprendió las técnicas más antiguas que le permitieron realizar cualquier tipo de objeto de vidrio, desde los más difíciles en vidrio muy fino (con el que hace copas extraordinarias) hasta obras muy pesadas. Se requiere una resistencia particular porque en algunos momentos del procesamiento es necesario soportar completamente el peso del objeto a forjar. Casi una lucha con un material a domar para dar forma a las ideas en objetos que son únicos en cada momento. La creatividad y la técnica hacen que este artesano sea especialmente apreciado por las grandes marcas de moda también por el uso del oro en sus creaciones.