Martina Purisiol lleva más de treinta años trabajando como ceramista fuertemente vinculada a la ciudad de Venecia, lo que la lleva a colaborar con muchos artistas, buscando siempre nuevas soluciones y estímulos. En su taller-laboratorio, la artesana crea collares inspirados en las geometrías naturales de las conchas que casan las geometrías de la arquitectura gótica con una referencia al agua muy importante para la ciudad de Venecia. Entre otras creaciones, los llamados 'rostros de Venecia', complementos de decoración que incorporan un rostro humano que representa la propia ciudad; relojes de cerámica para medir el tiempo que se convierten en artìculos de mobiliario; placas y azulejos siempre en cerámica con una referencia común a la ciudad de la laguna. Finalmente, crea crest y 'oselle' también por encargo en cerámica, madera y cristal de Murano. Ha participado en numerosos concursos como el Campo dei Bochaleri con la mejor jarra de vino.