La pasión de Susanna Lazzaro por la moda y el arte nació a una edad temprana. Un papel decisivo lo jugaron la madre, dueña de una sastrería, y las hermanas, respectivamente maestra de baile, estilista y creativa en el campo de la publicidad. Como consecuencia natural de este próspero ambiente familiar de belleza y creatividad, en 1979, Susanna inauguró la "Scatola Magica" (caja mágica), un espacio-taller de considerable tamaño en Venecia que ofrece vestidos y disfraces para danza, teatro y Carnaval, muchos corsés, así como vestidos de novia y otras líneas de ropa exclusiva. El conocimiento profundo del vestuario permite al artesana recrear estilos desde el siglo XIV al XX mediante una cuidada aplicación del corte histórico. Su habilidad en la corsetería también es fundamental para reproducir el diseño de vestidos del pasado. Susanna prefiere utilizar fibras naturales como lana, algodón y seda, posiblemente fabricadas en Italia, y no utiliza materiales sintéticos excepto para necesidades teatrales específicas. Nada se deja al azar, desde los preciosos bordados hechos a mano, hasta la búsqueda de plumas o adornos vintage, fragmentos del pasado que enriquecen los trajes de época, desde el estudio de la arquitectura de una crinolina, hasta el impecable ajuste de un corsé, hasta la creación de un solo botón. Así nacen los tutús para danza clásica y el vestuario profesional para la contemporánea, prendas que combinan armonía y dinamismo: generalmente diseñadas por encargo, en ocasiones también están disponibles para alquilar.